La ciudad está en constante cambio. Y nos preguntamos si esos cambios nos están llevando hacia la ciudad que realmente queremos habitar.
La inercia capitalista y de consumo ha favorecido que gran parte de la infraestructura urbana de Alicante crezca sin una verdadera conciencia social, cultural, ecológica, ni de conservación y aprovechamiento de los recursos.
La ciudad está llena de "espacios vacíos": edificios abandonados, solares desatendidos, inmuebles inhabitados, locales vacíos, centros en desuso, construcciones históricas olvidadas... Espacios “muertos” que nadie utiliza y que acaban degradándose.
Y a la vez está llena de personas con grandes inquietudes sociales, culturales, históricas... que tienen ganas, ideas, potencialidades y proyectos que proponer para la ciudad y que no se desarrollan por no disponer de un espacio físico y una red de apoyo.